Ayer quise componer la melodía para la letra de una carta, ni más ni menos aun no estaba escrita, pensando en lo que has hecho en mi ser, no logre inspirarme, forzadamente lo hice, sin pensar que había un sonido en particular que muchos conocen, pero que tu logras crear en mi sin necesidad de tener un instrumento. No soy compositor, soy solamente yo, instrumento de tu amor, ese latir que me deja con la dulce sensación de la vida donde un sonido agudo y seguido de uno grave o viceversa, con dos notas y un corto compas, con la eterna y sin fin melodia, has logrado ser mi mejor compositora, mi mayor inspiración y el motivo de no caer en el avismo del rechazo y la negación de mi mismo.
